En nuestra actualidad, generar las correctas percepción y difusión del conocimiento en el ámbito universitario se vuelve fundamental para concebir un valor económico notable en el sistema de mercado. En el siglo XXI, los panoramas académico y científico se han vuelto cada vez más competitivos. Los nuevos proyectos e investigaciones salidos de las universidades requieren la conjunción de empresas y organismos públicos que potencien su relevancia y pertinencia para la sociedad.
En este sentido, las instituciones de enseñanza superior han partido de una serie de puntos principales que promuevan una colaboración eficaz en las distintas esferas de las labores científicas y profesionales. Entendemos así que existen tres misiones fundamentales que mueven a las universidades: la docencia (la más elemental desde su instauración), la investigación (recabar información y descubrimientos en beneficio de la apertura del conocimiento) y, recientemente, la tercera misión (que aboga por el impulso de proyectos profesionales en los ámbitos industrial y corporativo).
¿Cómo nace la tercera misión de las universidades?
Uno de los primeros rasgos que atisban un origen de la actual tercera misión de las universidades se encuentra en Misión de la Universidad, un ensayo publicado en 1930 por el filósofo español José Ortega y Gasset. En este texto se reflexiona sobre las obligaciones que debe mantener una adecuada institución de enseñanza superior para considerarse como tal.
En un fragmento del escrito, Ortega y Gasset comenta: «La enseñanza superior consiste, pues, en profesionalismo e investigación. […] Sorprende, pues, que aparezcan fundidas la enseñanza profesional, que es para todos, y la investigación, que es para poquísimos. Pero quede la cuestión quieta hasta dentro de unos minutos. ¿No es la enseñanza superior más que profesionalismo e investigación?». De este modo, el filósofo español señala de manera implícita una carencia —generada entre el profesionalismo y la investigación— que obliga a imaginar una tercera vía que conjunte de manera eficaz las necesidades de una sociedad cambiante y las utilidades socioeconómicas del conocimiento. Incluso, sorprende uno de los comentarios finales de Ortega y Gasset en este texto: «La Universidad tiene que estar también abierta a la plena actualidad; más aún: tiene que estar en medio de ella, sumergirse en ella».
Algún tiempo después, alrededor de la década de 1990 (a finales del siglo XX), en la comunidad europea se inicia en algunos círculos de la sociedad moderna un movimiento de reflexión crítica respecto al papel que juegan las universidades y otras instituciones especializadas. De esta manera, algunas organizaciones internacionales comienzan a desarrollar nuevas estrategias para una eficiente relación entre la clase productiva y la élite del conocimiento. De ahí nace la idea primigenia de lo que después sería conocida como la tercera misión, que se divide en tres ejes principales: emprendimiento, innovación y compromiso social.
Enfoques de la tercera misión de las universidades
La tercera misión se entiende como un conjunto de estrategias que buscan sumergirse enteramente —Ortega y Gasset dixit— en las áreas de la tecnológica y la innovación. Se han propuesto tres enfoques esenciales que ayudan a sustentar un campo de acción definido que parte desde las instituciones universitarias hasta las organizaciones públicas y privadas. Estos agentes pueden relacionarse satisfactoriamente a partir de estas tres premisas básicas antes mencionadas.
Emprendimiento. Esta es una de las actividades que ha generado más reconocimiento dentro de las perspectivas de la tercera misión. El emprendimiento se trata, pues, de dirigir los recursos económicos de las universidades hacia proyectos estudiantiles y docentes que —con una correcta instrucción profesional y académica— generen productos o servicios útiles para la sociedad. De esta manera, el emprendimiento se encarga de comercializar la tecnología realizada desde las instituciones de investigación y enseñanza superior; su propósito esencial reside en una nueva reestructuración del presupuesto universitario. Así, las técnicas del emprendimiento fomentan una estratégica distribución de fondos que permita desarrollar proyectos rentables y necesarios.
Innovación. Por otro lado, la innovación es un instrumento que aporta ex profeso un camino a las universidades para desarrollar productos y servicios novedosos en el campo de la ciencia y la tecnología. La innovación nace de la conjunción entre la investigación y el conocimiento. A partir de estas dos herramientas encontradas en las entidades universitarias, estudiantes e investigadores pueden trabajar de manera conjunta en proyectos que reflejen nuevas perspectivas de utilización en el ámbito social, así como innovar en las actuales necesidades mercadológicas que imperan en la sociedad moderna. Así pues, la tercera misión necesita de la innovación para sus fines prácticos: en la actualidad, el escalado avance de las tecnologías de la información mueve las instituciones universitarias y formativas en su propósito de ofrecer nuevas vías de investigación y producción en el campo científico.
Compromiso social. Se encuentra también dentro de los valores elementales de la tercera misión, un requerimiento fundamental de la comunidad internacional en el fomento de una provechosa relación bilateral entre la comunidad científica especializada y las necesidades del entorno social. Este enfoque está orientado a generar una vinculación más certera de la sociedad en los descubrimientos e investigaciones salidos de las instituciones de enseñanza superior. Así también, las universidades tienen el compromiso de ofrecer y ajustar sus hallazgos e iniciativas a las instituciones públicas y privadas adecuadas a fin de desarrollar proyectos conjuntos que generen un cambio favorable en las necesidades del entorno colectivo.
Finalidad de la tercera misión
Partiendo de estas premisas, la creación y la adaptación de la tercera misión en la comunidad internacional refleja un progreso evidente hacia la aprehensión de las herramientas tecnológicas en las universidades: instituciones que comunican y transfieren el conocimiento con el fin de observar y actuar positivamente ante los requerimientos de la sociedad.
En conclusión, el futuro éxito de la tercera misión podrá concebirse en el grado de integración que se genere desde las entidades universitarias hasta los gobiernos y organismos públicos que estén dispuestos a estar a la mira de lo que los portadores del conocimiento ofrezcan.
Andrés Márquez (Comunicación y Difusión, PIT-UAS).