El crecimiento económico y productivo que han tenido países como Finlandia, Canadá y Estados Unidos se debe en gran parte a su éxito en la generación de políticas públicas de innovación y a que han efectuado de manera correcta la transferencia de conocimientos y tecnologías desarrolladas en universidades o centros tecnológicos. Para que México llegue a estar a la altura de estas naciones desarrolladas, nuestro país debe seguir dichos modelos y trabajar de forma similar pero de acuerdo con su realidad nacional, que los avances tecnológicos y la investigación se combinen para que puedan llegar a consolidar la cultura de innovación en los sectores de la llamada «cuádruple hélice» (estado, empresa, universidad, sociedad). Y este Miércoles de CTI les traemos un tema que será clave para lograrlo: la transferencia tecnológica o transferencia de conocimientos, clave para transitar hacia la sociedad del conocimiento.
Si buscas mejores resultados, aprende nuevos conocimientos
La transferencia tecnológica es un proceso por medio del cual el sector privado logra acceder a los avances tecnológicos que han sido desarrollados por científicos, a través del traslado de tales tecnologías a las empresas productivas, que los convierten en bienes, procesos y servicios útiles comercialmente aprovechables. Este proceso incluye el aprendizaje de nuevos conocimientos que se llevan a la práctica para dar resultados innovadores. Las empresas y universidades se vinculan buscando generar desarrollo científico-técnico y económico. En la búsqueda de apropiabilidad institucional de los resultados que obtengan las universidades en proyectos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), en los últimos años, los gobiernos de países desarrollados han creado normas de propiedad intelectual e industrial que otorgan la pertenencia de los resultados generados a la universidad, a pesar de que la investigación es financiada con recursos públicos. Razón por la cual es de suma importancia para las universidades tener el control de la propiedad intelectual, debido a que facilita incentivos para promover la transferencia de tecnología y colaborar en conjunto con la industria y el gobierno a fin de realizar investigaciones (que además serían más eficientes).
Para crear innovaciones tecnológicas se requieren las tecnologías adecuadas, que pueden estar dentro de la misma empresa o fuera de ella; en este último caso es cuando se habla de transferencia de tecnología, y se analiza desde dos panoramas:
- La empresa que accede a la tecnología y emplea la transferencia de tecnología para mejorar su competitividad (receptor).
- La entidad que co-desarrolla la tecnología, como la universidad, centro de investigación o empresa, y aprovecha la transferencia de tecnología como método de evaluación de su conocimiento (proveedor).
Con los avances científicos que surgen día con día, recientemente el concepto de transferencia de tecnología ha evolucionado para convertirse en transferencia de conocimiento. Es decir, ahora engloba: más dimensiones de transferencia, no solo tecnología sino también personal, social o cultural; más objetos de transferencia, además de protección de propiedad intelectual e industrial, por ejemplo el saber hacer (en inglés conocido como know-how) o publicación; también más mecanismos de transferencia, a las licencias, contratos de investigación o creación de empresas, se le agrega la formación o movilidad de personal.
Pasar de la necesidad al emprendimiento
Llevar a la práctica este proceso puede llegar a ser un éxito rotundo y con beneficios para muchos, incluso en países en vías de desarrollo. Tal es el caso del Programa de Autoproducción de Alimentos implementado por la Universidad de Mar del Plata (Argentina): la república tenía una gran crisis socioeconómica, que un grupo de estudiantes de la Facultad de Agronomía, en conjunto con algunos docentes, decidieron afrontar mediante la aplicación de sus conocimientos para combatir el hambre y la desocupación; crearon establecimientos de huertas comunitarias, barriales y familiares que, además de contribuir en la mejorar de la alimentación como se planteaba en un principio, conforme pasó el tiempo y gracias al gran éxito obtenido, atrajo apoyo de la Universidad y del Gobierno que los convirtió en exitosos microemprendedores.
Para que las acciones prosperen, es de suma importancia el apoyo que se brinda a la transferencia de conocimientos entre universidades y empresas. A sabiendas de ello, la Oficina de Propiedad Intelectual del Reino Unido (Intellectual Property Office of the United Kingdom, UKIPO) ha aportado la realización de una serie de actividades durante varios años, como la puesta en práctica de los Acuerdos de Lambert, cuya la intención es ayudar a las partes colaboradoras a entender y hacer frente a los asuntos relacionados a la pertenencia y la explotación de los derechos de propiedad intelectual de la colaboración entre los sectores académico y empresarial. Además, la UKIPO realizó el concurso Avance Rápido (Fast Forward) con la intención de estimular la colaboración entre universidad, empresa y comunidad para desarrollar prácticas innovadoras de transferencia de conocimiento; por medio de esta competencia se han apoyado económicamente varios proyectos, entre los que destaca uno de la Universidad de Glasgow sobre un modelo de acceso fácil a la propiedad intelectual.
Otro ejemplo de transferencia tecnológica es el Instituto Karolinska (IK, Suecia) que inventó una serie de estructuras de dinamización, como el Centro Karolinska Innovations AB (Centro Karolinska Innovations AB , KIAB) que ayuda a los investigadores del IK y emprendedores a comercializar sus inventos; o la empresa Karolinska Institutet Holding AB, que se encarga de negociar los retornos económicos a través de acciones en empresas derivadas (spin-off) y licencias con el sector empresarial. Y, como estos tres ejemplos, existes centenares más.
Pros y contras de la transferencia de tecnología
Esta transferencia reúne diversos aspectos que son considerados positivos, tanto para los proveedores (centros de investigación, universidades) como para los receptores de la tecnología (empresas). Hablamos de ventajas, beneficios, oportunidades en transferencia de tecnología: el proveedor consigue rentabilidad económica al obtener ingresos complementarios por las investigaciones realizadas en I+D+i para un mejor desarrollo de tecnología, además de que transferir tecnología aumenta el valor intangible del patrimonio, así como también logra tener acceso a un mercado más grande, al conocimiento científico y tecnológico, aumenta la competitividad tras ser más efectivo en sus actividades y mejora su imagen ante los demás; el receptor, sin duda alguna, aumenta su competitividad al tener acceso a la tecnología necesaria e innovar para dar un mejor servicio en el mercado, reducir el riesgo técnico al adquirir tecnología que ya ha sido desarrollada y probada anteriormente por el proveedor, además de disminuir el tiempo de desarrollo de la tecnología y así acelerar el proceso y el lanzamiento de nuevos productos al mercado, amén de aprovechar los avances científicos y técnicos, al igual que los resultados de investigaciones realizadas con fondos públicos.
Sin embargo, no todo es positivo, la transferencia de tecnología también cuenta con sus desventajas, obstáculos y amenazas; de igual forma, tanto para el proveedor como para el receptor. El proveedor, al compartir el conocimiento propio con el receptor, corre el riesgo de que en un futuro éste se convierta en un competidor, también existe la posibilidad de perder la capacidad de control sobre la fabricación, uso o explotación de la tecnología luego del proceso de transferencia e incluso existe la posibilidad de prácticas ilegales o infracciones del receptor; por su parte, el receptor disminuye su capacidad tecnológica y se convierte en un dependiente tecnológico del proveedor, su inversión incrementa al tener la necesidad de adquirir insumos para utilizar efectivamente la tecnología adquirida, además de haber probabilidad de que el proveedor restrinja la oferta de tecnología.
En conclusión, el trabajo en equipo siempre tiene mejores dividendos. En este caso, la colaboración empresa-universidad-gobierno-sociedad por medio de la transferencia de tecnología es parte fundamental para el desarrollo de los países. Como bien dijo Cicerón: «No basta adquirir sabiduría, es necesario también usarla». ¿Será la transferencia de conocimiento una de las estrategias clave que sacarán a México del subdesarrollo?, ¿será posible conseguir el imprescindible apoyo gubernamental necesario para que nuestro país transite hacia la sociedad del conocimiento mediante los incentivos y las políticas públicas más adecuados a nuestra realidad nacional? Esperemos que no sea éste un caso más de malinterpretación, digno de ser incluido en la «Traducción y metáfora» (1975) de Octavio Paz como una suerte de analogía en los rubros de políticas públicas y desarrollo económico.
Alfredo Careaga (Comunicación y Difusión, PIT-UAS)