El uso de tecnología verde se está convirtiendo poco a poco en prioridad para las sociedades, estas nuevas tecnologías están pensadas para tener una gran ecoeficiencia, es decir, que garanticen seguridad de fabricación y funcionamiento reduciendo al mismo tiempo su impacto medioambiental.
Se estima que para el año 2025 la población mundial se incrementará en 2.900 millones de personas y que se requerirá un 60% más de energía, lo que según algunos expertos es casi imposible obtener, pero afirman que no son los datos los que han comenzado esta «Revolución Verde», cosas como el incremento de la energía o los desastres ecológicos como el derrame de petróleo en el Golfo de México atestiguado por una sociedad que siempre observa parecen estar logrando que las tecnologías verdes impacten a millones de personas, cosa que aún no se había conseguido.
«La idea de adoptar lo verde ya no es un concepto extraño para los consumidores. De hecho durante años han implementado prácticas verdes en sus estilos de vida, como reciclar o evitar las bolsas de plástico en el supermercado», asegura Jessica Booth, analista de la Asociación de Consumidores de Electrónicos de Estados Unidos (CEA por sus siglas en ingles).
Repensando el hogar
Conectar, prender, programar o simplemente ventilar son acciones que realizamos en nuestros hogares todos los días, pero podrían estar teniendo un impacto significativo en el medio ambiente ya que el 40% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero son producidas en el hogar y la construcción.
¿Cómo lograr un cambio en una población acostumbrada al consumo desmedido?
Reducir nuestra huella de Carbono y al mismo tiempo lograr un ahorro en el bolsillo parecen ser la clave para los evangelizadores de las tecnologías verdes, pues todas las recomendaciones o ideas van dirigidas a cumplir esas dos normas, artículos como páneles recargables, calentadores solares o focos ahorradores atraen a los usuarios al ofrecerles productos baratos a largo o corto plazo, al mismo tiempo, la utilización de estos productos logra un impacto positivo en el medio ambiente.
Un inodoro “verde” reduce la cantidad de agua usada a cuatro y seis litros, el primero para líquidos y el segundo para residuos sólidos, gasto menor a los 13 litros usados por un inodoro convencional, también, la utilización de páneles solares al usar energía solar colabora en la disminución de las facturas energéticas, pero para algunos especialistas no es lo único que se necesita.
“A nivel global es todavía difícil cuantificar cuánta energía se ahorraría con casas más eficientes porque no se trata de una sola tecnología sino de todo un abanico de ellas”, asume Juliana Qiong Wang, economista de energía, y miembro del Instituto Yale de Clima y Energía de la Universidad de Yale (EE UU)
La estadounidense afirma que con cuestiones tan simples como colocar la nevera al norte o al sur, ayudarían significativamente en el consumo de energía al reconducir el calor generada en la casa por el electrodoméstico.
“El refrigerador es el aparato electrodoméstico que más luz consume, porque está conectado las 24 horas del día, es decir, consume 30 por ciento de la energía de un hogar, pero uno en mal estado puede llegar hasta consumir el 50 por ciento”, afirmó la investigadora.
Wang piensa que la tarea principal para las tecnologías verdes es lograr un cambio en la mentalidad de las personas sobre los beneficios y consecuencias del uso desmedido, además de políticas adecuadas y tecnologías de uso público y privado.
Aunque la reciente concientización pública sobre el tema no eliminará las problemas que hay en materia ambiental, como afirman expertos, si podría ayudar a no agravarlos, algo muy necesario para un planeta que comienza a mostrar las consecuencias de un consumo desmedido.
Antonio Zamora (Comunicación y Difusión PIT-UAS)