Si alguna vez has visto un filme de James Bond o cualquier otra película del género del espionaje, seguramente se te ha vuelto familiar la tecnología que utilizan en accesorios para vestir que parecieran cotidianos pero no lo son: relojes de muñeca que sirven como radiocomunicadores o guantes que permiten controlar otros dispositivos a través de sensores; incluso, es muy probable que hasta hayas deseado que algo así existiera para facilitar tareas cotidianas en tu vida diaria.
Pues bien, la buena noticia es que este tipo de tecnología es una realidad desde hace ya algunas décadas, y en los últimos años se ha incrementado su desarrollo a una velocidad destacable, estamos hablando de la llamada wereable technology, tecnología vestible o ponible. Desde objetos como relojes o parches para el monitoreo de la salud o el desempeño atlético, hasta prendas con paneles solares que te permiten cargar tu celular sin necesidad de un enchufe, la tecnología ponible ha llegado y se encuentra en una constante evolución, con el objetivo principal de mejorar la calidad de vida de las personas. Pero te preguntarás ¿en qué consiste esta tecnología de la que hablamos?
Confeccionando las bases: primeras manifestaciones de la tecnología vestible
Contrario a lo que pudiéramos pensar, la tecnología ponible tiene sus inicios en el siglo XVII, cuando en China se creó el anillo ábaco durante los primeros años de la dinastía Qing (1644-1911). Este pequeño ábaco medía 1.2cm de largo y 0.7cm de anchura, contenía cuentas de 1mm, lo que permitía llevarlo cómodamente en el dedo del portador. Ayudaba a los comerciantes a realizar operaciones matemáticas rápidas con la ayuda de un pin o una aguja que servía para mover las diminutas cuentecillas.
Una manifestación más cercana a nuestra época y al concepto que tenemos de tecnología moderna es tal vez el dispositivo creado por Claude Shannon y Edward Thorp en 1961: un zapato con una computadora del tamaño de una cajetilla de cigarros que, oculta en el calzado, ayudaba a aumentar 44% los aciertos en la predicción de resultados durante un juego de ruleta en los casinos. Este invento es considerado como la primera computadora ponible de la historia.
A partir de ese invento, la tecnología ponible ha florecido en diversas ramas de la ciencia, se manifiesta en dispositivos tan variados como relojes, lentes, ropa y un laaargo etcétera, con aplicaciones en diversas áreas, como el campo de la salud, el ocio y la moda.
Atavíos computacionales: el porvenir de la innovación
El objetivo primordial de la tecnología ponible es crear una conexión entre el usuario y el dispositivo de una manera constante, ya sea consciente o inconscientemente, al vestirse en el cuerpo. Aun cuando existen versiones invasivas de esta tecnología, como los sensores insertados en la piel, las versiones no invasivas que pueden portarse y desprenderse a voluntad del usuario son las preferidas y cuyo auge se encuentra en pleno desarrollo. Un dispositivo de esta índole puede realizar las mismas tareas que uno móvil más común como los teléfonos inteligentes, pero es capaz a la vez de realizar tareas y recolectar datos que los primeros no pueden. La tecnología ponible debe funcionar siempre en el fondo, volviéndose una verdadera extensión de la mente y el cuerpo del usuario.
Actualmente existen muchas manifestaciones novedosas en el ámbito de las tecnologías ponibles, una de ellas es el lente de contacto de Google, desarrollado en conjunto con las compañías Verily y la división Alcon de Novartis. Este lente de contacto inteligente permitiría monitorear los estados de glucosa en los pacientes de diabetes de manera continua, sus sensores miden los niveles de glucosa en la sangre a través del fluido ocular y, con una antena inalámbrica más pequeña que un cabello humano, envía la información recabada cada segundo a un dispositivo móvil, mismo que almacena los datos y envía un mensaje de alerta al paciente cuando sus niveles bajan o suben más de lo normal, también notifica cuándo debería acudir a un médico. Se espera que este año se comiencen a realizar las primeras pruebas con pacientes.
Por otra parte, la diseñadora de modas neerlandesa Pauline Van Dongen es una las actuales pioneras en la creación y el desarrollo de prendas tecnológicas. Hoy día uno de los proyectos en los que trabaja es el diseño de un rompevientos con paneles solares que permiten conectar y cargar tu celular en una o dos horas (dependiendo de las condiciones climáticas en las que se encuentre el usuario).
En un giro distinto dentro de la industria de la ropa, la empresa Athos ha creado un traje deportivo capaz de recolectar información sobre el ejercicio realizado, grupos musculares usados y frecuencia cardiaca del usuario, mediante sensores similares a los utilizados en las electromiografías (un examen médico que, de manera no invasiva, mide la actividad eléctrica entre músculos y nervios). La actividad de los músculos es recabada y enviada inmediatamente al dispositivo móvil vía red inalámbrica de área personal (con ayuda de Bluetooth), para así analizar y corregir posibles errores en postura y respiración realizados durante el ejercicio.
Algunas dudas y problemáticas
No obstante la tecnología vestible suena maravillosa y parece llegar así, sin más, a facilitar la vida de las personas, existen algunas dudas y problemas que debemos tomar en cuenta. Una preocupación que reluce no solo en ésta sino en diversas áreas de implementación computacional cuando se trata de asuntos de la vida común, es la seguridad. Aún existen personas renuentes ante el hecho de que nos encontremos conectados y recabando información personal, o incluso a la extinción de la privacidad, dado el constante monitoreo de información, mismo que temen que nos lleve a un futuro orwellesco, al más puro estilo de la novela distópica 1984.
La tecnología en sí misma también presenta actualmente una problemática con sus usuarios, a pesar de que en los últimos años se ha incrementado la cantidad de personas que adquieren esta clase de productos, gracias a la creación de dispositivos como el Fitbit y el Apple Watch, un estudio llevado a cabo por Endeavour Partners muestra que un tercio de los usuarios que poseen un dispositivo ponible abandonan su uso a partir de los primeros tres meses de la compra. Esto nos dice que debemos buscar la manera de ayudar al usuario a integrar permanentemente el uso de los dispositivos en su vida diaria.
El panorama de la vida de las personas y las computadoras coexistiendo en una relación simbiótica se ve cada vez más cercano y es muy probable que sean los ponibles los que concreten esa utópica realidad, en especial porque este tipo de desarrollos se encuentra catalogado dentro de las industrias del futuro, tecnologías que están en pleno desarrollo y cuentan con gran apoyo por parte de importantes inversionistas y empresas líder en el ámbito. En fin, sin lugar a dudas, la tecnología ponible es apenas una más de las innumerables puertas que la innovación nos abre y habrá que esperar para ver cómo se incorpora a nuestra vida diaria e interactúa con los demás desarrollos que las investigaciones básica y aplicada científico-tecnológicas nos traerán.
Doris Salazar (Comunicación y Difusión, PIT-UAS).