El grado de complejidad de tejer una telaraña en muchas ocasiones ha sido comparado con el de algunas construcciones arquitectónicas humanas. Ahora, un equipo de científicos ha recurrido a la inteligencia artificial para descubrir qué está detrás de esta intrigante destreza de las arañas.
A diferencia de los constructores profesionales, muchas arañas son capaces de hacer su labor a oscuras, valiéndose solo del tacto, e incluso algunas tienen preferencia por trabajar en tan complejas condiciones, según un reciente estudio publicado en la revista Current Biology. En su investigación, los biólogos emplearon cámaras de visión nocturna y programas especiales para rastrear cada movimiento de varios ejemplares de la especie ‘Uloborus diversus’ y captar los curiosos patrones de su trabajo nocturno.
La especie es típica de México y el oeste de EE.UU. y es de aquellas pocas que carecen de glándulas venenosas usadas para inmovilizar a sus presas. El monitoreo permitió a los biólogos poder predecir, a partir de la posición de las patas de ese virtuoso cazador, la forma que tendrá cada nuevo tramo de la telaraña en construcción.
Los científicos concluyeron que los comportamientos de confección del tejido, compuesto de seda proteica, son similares entre los representantes de la especie investigada. Y aunque la estructura final de cada telaraña suele ser ligeramente diferente, la manera de construirla está predeterminada, explicó el autor principal de la investigación, el biólogo Andrew Gordus, de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU.).
«Todas estas arañas utilizan las mismas reglas, algo que confirma que las reglas están codificadas en sus cerebros», subrayó Gordus.
Por su parte, el investigador Abel Corver, señaló que «las arañas son fascinantes porque se trata de un animal con un cerebro construido con los mismos pilares fundamentales que el nuestro [humano]». Además, cree que este trabajo podría ofrecer «pistas sobre cómo podemos entender sistemas cerebrales más grandes, incluidos los humanos».
Sin embargo, documentar y analizar sistemáticamente los comportamientos y las habilidades motoras de un animal como este es, según el equipo, es solo el primer paso para comprender cómo estos cerebros «relativamente pequeños» de los «arquitectos animales» realizan proyectos de construcción de alto nivel.
De momento, se desconoce cómo se codifican la dichas reglas a nivel neuronal, pero los especialistas esperan que futuros trabajos incluyan otros experimentos para determinar qué sistemas en el cerebro de la araña son responsables de las diversas etapas de la construcción de sus telarañas.
fuente: Invdes