Un día como hoy 19 de septiembre, pero de 1985 y del 2017, sucedieron los terremotos más grandes que ha sufrido la Ciudad de México. Existe una gran brecha entre los 32 años de diferencia que pasaron entre los dos sucesos, y claro, la tecnología cambió y tuvo diversas intervenciones en cada uno de ellos, sobre todo en materia de comunicaciones, con la presencia de las redes sociales y los teléfonos celulares. Lamentablemente los avances tecnológicos se han quedado pausados en tanto a la prevención y detección de sismos.
Es bien dicho por especialista que los sismos son fenómenos naturales muy difíciles de predecir y la tecnología no ha logrado contribuir en este rubro. Ramón Zúñiga, investigador en el Centro de Geociencias de la UNAM, afirma que “La imposibilidad para predecir los sismos se explica por la falta de información sobre lo que sucede en el epicentro de tales fenómenos”.
Sin embargo, se siguen haciendo esfuerzos por avanzar en materia tecnológica y contribuir en la prevención de sismos. En 2017 la investigación de las causas y la mitigación de los efectos de los sismos se ha sofisticado al ritmo de innovaciones que van desde redes de comunicaciones encriptadas hasta sensores que miden los sismos dentro de los edificios.
En el futuro, podrían utilizarse las inmensas posibilidades de big data, es decir bases de datos enormes que contienen información estratégica sobre la infraestructura y servicios básicos, disponibilidad de personal, maquinaria y equipo, y las rutas y modelos para planificar una ayuda rápida y eficiente.
Pero por lo pronto, sólo podemos utilizar las siguientes herramientas tecnológicas que si bien, no son especializadas a la predicción de sismo si ayudan a reaccionar después de ellos y que además no se contaba con ellas en la primera catástrofe en 1985.
Cámaras térmicas
Las cámaras térmicas han sido clave para detectar vida bajo los escombros. Estos equipos permiten detectar diferencias de temperatura en el ambiente, así como generar imágenes a partir de la energía térmica en condiciones de baja iluminación que incluso son imperceptibles al ojo humano. Esta tecnología permite que los cuerpos de rescate obtengan información en tiempo real sobre lo que hay detrás de estas barreras.
Según el portal de transparencia del gobierno federal, en el terremoto del año pasado, la Policía Federal utilizó equipos de la marca FLIR Systems en las labores de rescate en el Colegio Enrique Rebsamen. Operados por la División Científica, se empleó el modelo FLIR T640, con un valor al mercado de 27,000 dólares, que cuenta con un infrarrojo que detecta intervalos de temperatura desde los menos 40 grados centígrados hasta 2,000 grados centígrados. También se utilizó el modelo E60 que puede detectar temperaturas de entre menos 20 hasta 650 grados centígrados, con un costo de 1,000 dólares.
Tecnología israelí para ver a través de los muros
El grupo de rescatistas de Israel que apoyó en las labores de búsqueda de vida bajo los escombros de los edificios colapsados tras el sismo, utilizó una tecnología, llamada “sense-through-the-wall” que es capaz de mapear zonas tras bloques.
Esta tecnología penetra entre los escombros y emite señales a través de algoritmos capaces de detectar en tiempo real si hay movimiento, respiración o si alguna persona está inconsciente bajo edificios colapsados.
Los rescatistas de Israel también utilizaron una tecnología de rastreo de equipos móviles que permite localizar teléfonos celulares, aunque se encuentren apagados.
Drones
Los vehículos aéreos no tripulados o drones también formaron parte del arsenal tecnológico que actuaron durante la emergencia. Así, estos drones pudieron verse en zonas como la Roma y Condesa hasta en Xochimilco.
Christian Engemann, director general de Agrodrone, una empresa de drones enfocada al sector agrícola, afirma que “La manera más rápida y eficaz para evaluar las zonas de desastres debe acompañarse de tecnología adecuada como la que proporcionan los drones; y es que los helicópteros aunque son los viejos aliados, generan ruido, viento y emiten ondas más fuertes que cimbran las estructuras dañadas y puedan hacerlas colapsar”.
Redes Sociales
Sin duda, las redes sociales fueron una herramienta que marcaron un antes y después ante los desastres naturales. Whatsapp, Facebook, Instagram y el acceso a los smathphones permitieron tener mayor comunicación y organización en el terremoto.
Facebook y Google activaron los “safety check” para que sus usuarios pudieran reportar que se encontraban bien tras el sismo. Google activó el “Mapa de Crisis”, una herramienta para mapear y visualizar en tiempo real los inmuebles dañados y colapsados tras el sismo, así como los centros de acopio y refugios para los damnificados del temblor.
Estos son algunos aliados importantes para reaccionar a este tipo de catástrofes, las cuáles después de 32 años influyeron para evitar daños similares a los de 1985, sin embargo, no son suficientes y es necesario que estos avances tecnológicos sigan evolucionando, para que cada vez sea menor el daño de los desastres naturales. Sin embargo, es de vital importancia que se desarrollen tecnologías no solo para reaccionar a las catástrofes, sino también llegar a la prevención de estas.
Estefanía López (Comunicación y Difusión PIT-UAS)