El pasado 24 de agosto, la empresa Tokyo Electric Power (TEPCO) comenzó con su plan de liberación de aguas radiactivas que se acumularon durante años después del desastroso evento en Fukushima en 2011, esto se había anunciado inicialmente en el mes de enero de este año, con la intención de dejar un espacio para evitar así fugas accidentales de radiación.
En TEPCO se han encargado de bombear agua para lograr enfriar los reactores nucleares generando el llenado de más de 1,000 tanques, pero, Japón menciona que no es sostenible esta acumulación por ello ha comenzado la liberación de las aguas radiactivas, plan que se espera que dure por los próximos 30 años. Y aunque TEPCO se encargue de filtrar las aguas mediante un Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos, reduciendo así una gran parte de sustancias radiactivas dejándolo en un estándar de seguridad aceptable, es inevitable hacerlo por completo.
En ese sentido, el tritio y el carbono-14 son dos componentes que se encuentran en las aguas radiactivas que no son posibles de eliminar, pues son formas radiactivas del hidrógeno y el carbono, siendo complicadas separarlas del agua. Y aunque ambas cuentan con niveles bajos de radiación, en grandes cantidades pueden generar riesgos.
La empresa TEPCO aseguró que los niveles de tritio (1.500 becquereles por litro) están por debajo de los niveles que solicita la Organización Mundial de la Salud para el agua potable, al igual que con los niveles del carbono-14 son ajustados a los estándares de seguridad internacional.
El desastre de Fukushima en 2011 fue causado por un terremoto y tsunami en Japón, dañando la planta nuclear de Fukushima Daiichi. La falta de enfriamiento llevó a la fusión parcial de los núcleos de los reactores y liberación de radiación.
Así mismo, evacuaciones masivas se realizaron debido a la alta radiación y los esfuerzos para contener la crisis duraron años. Dejando un impacto global en la percepción de la energía nuclear y seguridad, provocando revisiones de protocolos. Fue el segundo peor accidente nuclear después de Chernóbil y generó debates sobre la viabilidad de la energía nuclear como fuente.
Finalmente, el gobierno de Japón ha decidido liberar al mar más de un millón de toneladas de agua contaminada procedente de la central nuclear de Fukushima. Según las autoridades, el agua ha sido tratada y diluida para reducir su radiactividad, y no supone un riesgo para la salud humana ni el medio ambiente. Sin embargo, muchos países vecinos, organizaciones ecologistas y pescadores locales se oponen a esta medida, que consideran una amenaza para la seguridad y la biodiversidad marina.
Comunicación y difusión PCT-UAS: Hatziry Acosta y ChatGPT