El cine de ciencia ficción alimentó durante años la imaginación de la gente sobre las posibles aplicaciones de la inteligencia artificial (IA). Con el paso del tiempo y las ejecuciones hechas puramente para la investigación la decepción de muchos fue notoria, pero ahora con la tecnologización de las sociedades desde la aparición de los smartphones en 2007 el avance de la innovación ha sido meteórico, las herramientas que en muchos casos eran necesarias para la creación del concepto que se tenía de lo que sería el uso de la inteligencia artificial se encuentran ya en el mercado, en las empresas e inclusive en los hogares.
El desarrollo de la IA tiene una diferente ramificación que el software tradicional, el reconocimiento de voz, detección facial, uso de lenguaje natural, aprendizaje automático, además de compilación masiva de Big data, son varios de los pilares en los que se ha estado enfocando su despliegue, la IA ya superó la etapa de lanzamiento para entrar en la de consolidación. Esta tecnología ha encontrado diversos nichos, la utilización de dispositivos confeccionados perfectamente a sus necesidades y hábitos: un smartphone que da seguimiento a su salud y solicita su medicina antes de enfermarse; un hogar inteligente que enciende las luces y la calefacción justo antes de su llegada; un automóvil autónomo que le conduce a donde usted tiene que ir justo al momento de subirse. “Se trata de una inteligencia innata, tan fluida que trae un nuevo nivel de experiencia para los usuarios y tan eficiente que logra cambiar nuestro mundo,” comentó Amikam Yalovetzky, Gerente de Ventas Senior para MediaTek Latinoamérica.
De acuerdo a Andrew Ng , actual VP y jefe científico de la empresa Baidu, la inteligencia artificial es la nueva electricidad, asegurando que los alcances de esta tecnología revolucionará a la sociedad como la electricidad lo hizo en su momento.
El interés de la comunidad
El interés se ha despertado desde unos años a la fecha, no solo empresas intentan posicionarse en el gusto del público, universidades como el MIT anunció la creación de un centro de investigación que busca llevar el poder de la computación y la inteligenciar artificial a todos los campos de estudio; el estado de Nueva York acordó contribuir con 300 millones de dólares en conjunto con la empresa IBM para crear un centro que realice y financie estudios e implemente chips sobre la IA, probando que inclusive los gobiernos han comenzado a ver la viabilidad de esta tecnología.
La Organización Mundial para la Propiedad Intelectual (OMPI) afirma que han sido presentadas unas 340,000 solicitudes de patentes vinculadas con la Inteligencia Artificial desde que se acuñara esta terminología en 1956, y más de la mitad de éstas lo fueron desde 2013.
«La actividad de patentamiento en el ámbito de la Inteligencia Artificial está avanzando a un paso rápido, con lo que es previsible que se produzca un número muy importante de nuevos productos, aplicaciones y técnicas basados en la IA que transformarán nuestro quehacer cotidiano, y que determinarán la forma en que nos relacionaremos con las máquinas que creemos», declaró en un comunicado el director general de la OMPI, Francis Gurry.
Confianza en la Inteligencia Artificial
Uno de los grandes problemas de la IA curiosamente nunca fue técnico, sus principales trabas siempre han sido morales o éticas, pero muchas de las sospechas pasan por la falta de comprensión de lo que realmente es la inteligencia artificial, como Enrique Dans dijo en su artículo La inteligencia artificial y sus problemas de comprensión.
Parte de la responsabilidad la tiene el propio término, Inteligencia Artificial: una denominación vaga, amplísima, que se compone de una amplia variedad de tecnologías que, cuando alcanzan un mínimo grado de desarrollo, huyen del término y se establecen como disciplinas propias. En la práctica, terminamos llamando IA a prácticamente cualquier cosa, y además, lo ilustramos con la fotografía de un Terminator y elucubramos sobre la posibilidad de que pronto estemos rodeados de robots con capacidades humanas capaces de trascender su condición de robots, tomar conciencia de sí mismos, y destruir a la raza humana.
Pero en realidad muchas de las tecnologías que son ayudadas por la IA nada tienen que ver la una con la otra, una tecnología de reconocimiento facial no puede tener acceso a la tecnología que controla aviones de combate no tripulados, la tecnología utilizada en sus famosos bots de comunicación nada tienen que ver con la creación de automatización del transporte público, por lo que un apocalipsis robótico que inclusive es preocupación para muchos no es realmente un problema con el cual lidiar.
Alan Bukrinsky, director ejecutivo de LivePerson, empresa enfocada en brindar soluciones de Inteligencia Artificial comentó un problema auténtico que nada tiene que ver con la destrucción de la raza humana por máquinas, habló de como el uso masivo de información por parte de un sistema de aprendizaje automático que ayudaría en cosas tan simples como tu historial médico o la presentación de información de interés por medio de tus búsquedas online pueden generar problemas pues algunas empresas podrían recurrir a prácticas no éticas para conseguir información fidedigna, estos problemas ya han comenzado a verse, como el sonado caso de Cambridge Analytica, empresa que robó información a usuarios de Facebook para uso comercial.
Antonio Zamora (Comunicación y difusión PIT-UAS)