La reciente imagen captada por el Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha causado revuelo entre los habitantes del planeta Tierra, gracias al evento ocurrido el día 02 de octubre de 2022, en el cual, el Sol emitió una fuerte llamarada solar, alcanzando su punto máximo a las 20:25 UTC.
La llamarada solar, se ejemplifica en una imagen como un destello gigante, se muestra en un subconjunto de luz ultravioleta extrema que resalta el material extremadamente caliente en las llamaradas y es clasificada como una llamarada X1. Específicamente la “X” denota las erupciones más intensas, mientras que el número brinda más información sobre su fuerza.
En ese sentido, una llamarada solar es una emisión repentina de radiación electromagnética y partículas de energía ubicadas en una pequeña región de la atmósfera solar. En esa región los campos magnéticos son especialmente fuertes y complejos, la potencia liberada en esos eventos solares, es equivalente a millones de bombas nucleares explotando al mismo tiempo.
Cabe resaltar que no es la primera vez que pasa esta situación. Aunque la física de estos fenómenos no se comprende completamente, existen estudios que aseguran que su naturaleza es principalmente magnética, además no es un acontecimiento inesperado, cada once años el Sol atraviesa períodos de alta actividad electromagnética, y son llamados máximos solares.
De este modo y para quienes deseen entender cómo ese clima espacial puede afectar a la Tierra, está el Centro de predicción del clima espacial de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) https://spaceweather.gov/, la fuente oficial del gobierno de EE. UU. para pronósticos del clima espacial, relojes, advertencias y alertas.
Así mismo, la NASA trabaja como un brazo de investigación, observa el Sol y nuestro entorno espacial constantemente con una flota de naves espaciales que estudian todo, desde la actividad del Sol hasta la atmósfera solar y las partículas y campos magnéticos en el espacio que rodea a la Tierra.
En resumen, las llamaradas y las erupciones solares son tan fuertes y explosivas que pueden afectar las comunicaciones por radio, las redes de energía eléctrica, las señales de navegación y presentar riesgos para las naves espaciales y los astronautas. No obstante, se esperan más actividades electromagnéticas de este tipo, máximos solares con frecuencias altas y, según los expertos, el pico de esta actividad debería alcanzarse a lo largo del 2024.
Emilia Beltrán (Divulgación y difusión PIT-UAS).