El mijo es catalogado como un súper alimento, y es por eso que, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) decidió en 2021 que este 2023 sería el año Internacional del Mijo, por lo que se incrementarán las acciones de concientización acerca de las propiedades nutricionales, alimentarias y económicas.
La FAO es la entidad seleccionada para gestionar las campañas de información y los eventos que se efectuarán en el mundo sobre el “Mijo”. Una de las razones principales por lo que se tomó esta importante decisión, es porque el cereal puede contribuir en temas sobre la erradicación de la pobreza en el mundo.
Dentro de las características físicas y de desarrollo del Mijo se destaca que puede prosperar en tierras áridas con una cantidad de insumos como agua y fertilizantes mínimos, convirtiéndolo en una excelente alternativa para afrontar los estragos generados por el calentamiento global.
Cabe destacar que, al incrementar la producción del Mijo se contribuye a lograr seis de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda internacional 2030. El primero de ellos es la acción por el clima; el segundo, vida en ecosistemas terrestres; tercero, erradicación de la pobreza, el mijo puede ayudar a superar la escasez de alimentos en periodos difíciles; cuarto, salud y bienestar; quinto, trabajo y crecimiento económico; y por último, producción y consumo saludable.
El mijo es originario del continente asiático y se han encontrado en China vestigios de sus orígenes. Es uno de los ocho cereales más consumidos en el mundo y su producción anual es de más de 300 millones de toneladas. Entre los países productores más importantes se encuentra la India que produce más de la mitad, luego le sigue China y el continente africano, quienes abarcan alrededor de 40% de su producción. En América este porcentaje sólo es de alrededor del 2%.
En México, la historia del Mijo es un poco diferente, pues es considerado un grano no convencional, dado su bajo consumo y producción. De hecho, es poco utilizado como alimento por los humanos; su uso se da sobre todo en el ganado. Esto cambia al conocer un poco más acerca de este valioso producto agroalimentario, y divisa que su cultivo representa y acarrea múltiples ventajas sociales, especialmente ante los retos derivados del cambio climático que sufre la tierra.
Desde un punto de vista nutrimental, el Mijo tiene mayor cantidad de proteína que el maíz o la cebada, posee un alto perfil de aminoácidos esenciales que nuestro organismo no puede sintetizar y que son necesarios para producir proteínas, por lo que debemos obtenerlos de algunos alimentos, y en este caso el Mijo cuenta con varios de ellos.
Además, otra de las ventajas es que, es de alta tolerancia al calor, el cultivo del Mmijo resiste altas temperaturas, por lo que es ideal para zonas con lluvias escasas, tierras poco fértiles, además de que es una opción ante estas épocas de cambio climático.
Dicho cereal puede crecer en zonas donde casi no llueve, con alrededor de 200 a 400 milímetros de lluvia al año, según datos de la ONU, se utiliza mayor cantidad de agua para cultivar arroz y trigo, así mismo, para poder sembrar otras semillas se necesita una tierra rica en minerales y nutrientes, con el Mijo no es necesario, ni siquiera se utilizan fertilizantes, no obstante, es mejor tener una tierra adecuada para mayor producción.
¿Quiénes consumen este alimento o en qué se utiliza? La población que utiliza el Mijo, lo emplea principalmente para la producción de pan, papillas para bebé y niños, panqueques, sopas y cerveza. Es mayormente empleado en países como India, Nigeria, China, Sudán, Pakistán, Tanzania y Senegal, entre otros.
Actualmente en México ya se produce el Mijo y también es conocido con otros nombres como, por ejemplo: “choclo”, “jojoto”, “tlayoli sara”, y eso es a pesar de tener una rendición baja, apenas alcanza las 230 toneladas en los pocos estados donde se produce que son Tamaulipas, Zacatecas y Chihuahua.
Se espera que, en esta celebración del Año Internacional del Mijo sea tomada como esa oportunidad que se necesita urgente, para que en todo el mundo reconozcan los beneficios de este cereal y sea el parteaguas para este tipo de cultivos en América, sobre todo que ayude en aquellos países con mayores índices de pobreza y escasez de alimentos.
Definitivamente el Mijo, tiene un valor nutrimental que se mide por su contenido de proteínas, aminoácidos esenciales, ácidos grasos esenciales y azúcares, entre otros. Se le conoce por contener una alta cantidad de grasas, y que, además contiene dos de los ácidos grasos esenciales: oleico y linoleico.
En ese sentido, dicho cereal posee alto contenido de fibras, sirviendo así para la rápida absorción de grasa, lo que fomenta una buena digestión disminuyendo la posibilidad de padecer enfermedades como cáncer de colon y otras indisposiciones gastrointestinales.
En resumidas cuentas, el consumo de este cereal, disminuye el riesgo de padecer muchísimas enfermedades tales como los trastornos de la digestión, diabetes, padecimientos cardiacos, la mejora de la presión arterial, favorece en gran manera la salud respiratoria y los sistemas muscular y neural. ¡Que las celebraciones del Mijo continúen y traigan consigo, una mayor producción y le de a la humanidad grandes beneficios a la salud!
Emilia Beltrán (Divulgación y difusión PCT-UAS)