Los drones son vehículos aéreos no tripulados, es decir, vuelan sin tripulación humana a bordo. Estas aeronaves pueden ser controladas de dos maneras diferentes: por sí solas, con una computadora a bordo, o por medio de un control remoto que es manejado por un humano en tierra.
Es una tecnología que comenzó a principio del siglo XX, es muy útil en tareas de vigilancia, mapeo, investigación, entre otras; pero también puede dárseles mal uso, ya sea intencionalmente (espionaje, transporte de drogas, explosivos…) o por accidente (pueden dañar redes eléctricas, interferir operaciones…).
Al principio, los vehículos aéreos no tripulados fueron utilizados por las fuerzas aéreas, algunos como blanco volante para la formación de pilotos, otros para ataques. Ahora, con el auge que ha tenido esta tecnología que sigue desarrollándose, son utilizados por la milicia porque el costo es menor al de las aeronaves militares y no requieren poner en peligro a uno o más tripulantes. Estos drones son enviados a zonas de conflicto, controlados vía satélite desde las bases militares de los países a los que pertenecen.
Ahora bien, la función de las aeronaves de control remoto se diversifica más y más para beneficio de la sociedad. Por ejemplo, uno de los campos donde los drones podrían ser de gran utilidad y marcar la diferencia es como auxiliar para rescates: al volar sobre un lugar afectado por un terremoto, accidente nuclear, huracán o cualquier desastre natural, bombardeo u otra catástrofe, podrían captar imágenes o videos de alta resolución para ayudar a diseñar misiones de rescate terrestres más seguras.
Hoy en día se aprovechan la agilidad y la eficiencia de estos aparatos, que cuentan con mejores herramientas para rescates que otros equipos, en el desarrollo de varios prototipos para transportar ayuda y detectar personas en peligro. En este sentido, ante el alto número de personas que se ahogan cada año en el mar, la compañía iraní RTS Lab creó un dron de varios rotores que contribuyera a salvar vidas; además de volar rápidamente mar adentro orientado por GPS, transporta y arroja salvavidas; el prototipo ya fue probado, alcanzó en 22 segundos un objetivo a 75 metros mar adentro, mientras el salvavidas humano lo hizo en un minuto.
Existen países en vías de desarrollo en los cuales, cuando hay temporada de lluvias, los caminos rurales se vuelven intransitables, lo que provoca un gran problema para transportar víveres o medicinas a los damnificados. En atención al problema, se desarrolló Matternet, sistema que consiste en una red para transporte de materiales; ya ha sido probado en países como Haití, República Dominicana, Bután y Papúa Nueva Guinea; estos drones autónomos podrían alcanzar 10 kilómetros sin recarga y cuentan con estaciones terrestres para recargar pila y prolongar su vuelo.
El primer vehículo aéreo no tripulado fue el Aerial Target, inventado en 1917 por Archivald M. Low. Ese primer dron fue lanzado desde un camión mediante aire comprimido, pero tecnología ha ido mejorando progresivamente y, casi cien años después de haberse diseñado el primer dron, en 2010 se realizó el vuelo más largo de estos aparatos, voló 14 días y 22 minutos, con lo que rompió el récord mundial de tiempo de vuelo; se trata del Zephyr, dron desarrollado por la compañía inglesa QinetiQ e impulsado por energía solar.
Por su parte, Google probó en 2015 el Project Titan, un dron solar prototipo que también pretende complementar los servicios de internet existentes con banda ancha extra, así como llevar conectividad a algunos de los casi cuatro mil millones de personas que aún no tienen acceso a la red y dar asistencia a zonas de desastre mediante conexión a internet.
Asimismo, en 2016 Mark Zuckerberg probó su Aquila, prototipo de un dron que se pretende sea solar y cuyo propósito es llevar internet a los más de siete mil millones de personas de la Tierra. El dron deberá volar durante 90 días consecutivos, brindando conectividad de alta velocidad en un rango de 50 kilómetros. El dueño de Facebook considera que hacerlo ayudará a mejorar la educación, la salud y brindará nuevas oportunidades para la movilidad social.
Esta industria tiene mucho futuro y, a diferencia de lo que fueron sus aplicaciones iniciales, ahora se promueve el que esta tecnología sea aplicada para acciones benéficas, en áreas tan diversas como agricultura, periodismo, paquetería, control fiscal, vigilancia fronteriza, control de incendios forestales, investigaciones arqueológicas, geológicas y biológicas, manipulación de materiales peligrosos, como satélites, con fines recreativos y hasta para entregar pizas. De ahí que los Emiratos Árabes Unidos patrocinen el certamen Drones para el Bien, abierto a individuos, equipos de trabajo o compañías, que para competir deben presentar un prototipo funcional cuyo desarrollo sea factible en un periodo de máximo tres años.
Alfredo Careaga (Comunicación y Difusión, PIT-UAS).