Normalmente uno se pone ropa para calentarse, pero también podría ser posible hacerlo para perder calor. Investigadores chinos han aplicado a la ropa un concepto ya utilizado para la construcción de materiales aislantes y tejados de edificios.
Han elaborado un tejido con el que pueden elaborarse prendas de ropa convencionales y que ayuda a liberar el calor de la piel hasta hacer que la temperatura del cuerpo baje unos 5 grados centígrados. Una buena idea para las semanas más calurosas del verano, sobre todo cuando el calentamiento global genera olas de calor agobiantes con más frecuencia. A los sistemas de refrigeración y aislamiento térmico de los edificios, se puede añadir la propia ropa que nos cubre durante días cálidos y noches tropicales.
Ya sabemos que los colores claros, reflejan más la luz del Sol que los oscuros y permiten que se absorba menos calor. Pero el color sólo ayuda a rebotar la luz visible, no toda la radiación solar. La energía del espectro infrarrojo cercano, por ejemplo, no la vemos; pero los cuerpos la absorben y se calientan. Después se enfrían a medida que la van liberando. Es en este mecanismo en el que se han inspirado científicos de las universidades de Zhejiang y Huazhong.
En el vídeo que encabeza este artículo se puede ver el resultado. Cubrieron el torso de una persona con una prenda. Una mitad estaba elaborada con el tejido experimental, la otra con algodón blanco. Durante una hora, se dejó al individuo expuesto al sol. Y al medir la temperatura de la piel, comprobaron que la parte del cuerpo cubierta con el nuevo material estaba 5 grados menos caliente que la protegida con la tela de algodón.
La nueva tela hace prácticamente de espejo contra el sol, según explican los autores del estudio, publicado en la revista Science. Lo que se ha conseguido es aplicar el concepto del enfriamiento radiativo pasivo a la ropa. Hay radiaciones no visibles del Sol que calientan los cuerpos que los absorben. Después, estos cuerpos liberan esa energía absorbida y se enfrían. Lo que se han intentado en esta investigación es aprovechar ese proceso natural y acelerarlo.
En este caso, es la piel humana la que absorbe esas radiaciones solares y después la emite. Ya en 2017, investigadores de Stanford crearon un tejido destinado a absorber esta energía y lograron enfriar hasta 3 grados la temperatura corporal. Pero se trataba de una tela demasiado fina para tener un uso normal.
El equipo chino ha elaborado un material más grueso y resistente. El obstáculo que aún tienen es que es necesario que esté muy pegado al cuerpo para ayudar a liberar el calor. Por eso es necesario realizar nuevas investigaciones con personas que se estén moviendo o que no lleven la ropa tan pegada al cuerpo. Los autores aseguran que el factor económico no sería un obstáculo para la aplicación de su invento, ya que sólo incrementa un 10% los costes de producción.
Fuente: Agencia ID