Culiacán, Sinaloa. 29 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Hace 12 años, Sinaloa incursionó en el proyecto internacional más ambicioso de física de partículas, el Gran Colisionador de Hadrones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), en Ginebra, Suiza.
El doctor e investigador de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Ildefonso León Monzón, es responsable del detector ALICE (A Large Ion Collider Experiment), diseñado especialmente para la colisión de iones pesados. Los descubrimientos de dicho proyecto lograron la prolongación de la investigación hasta el 2022, así como la oportunidad de que más estudiantes de posgrado se sumen al proyecto.
León Monzón trabaja junto a casi mil científicos de 29 países, entre ellos el mexicano Gerardo Herrera Corral. El equipo busca recrear la explosión que dio vida al universo.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), recuerda que en 2004 la UAS ingresó al proyecto como institución reconocida.
“El objetivo es hacer una recreación de lo que fueron los primeros instantes del Big Bang, es decir cómo se conformaba la materia en los primeros instantes desde su primera millonésima de segundo”, comentó.
Apoyo Conacyt
En 2013, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) aprobó el proyecto para la creación del Laboratorio de Instrumentación en Física de Altas Energías, mediante el cual científicos y estudiantes de posgrado trabajan a distancia con el Gran Colisionador de Hadrones desde Culiacán.
“Se invirtieron tres millones y medio de pesos para la instalación del laboratorio en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas. Esto es lo que permitió que la UAS incrementara su permanencia en el proyecto hasta el año 2022”, destacó.
Alumnos de la licenciatura de electrónica se sumaron también en el levantamiento de un Laboratorio de Electrónica de Circuito Impreso. Actualmente, dijo, tres investigadores trabajan en el proyecto ALICE, junto a dos estudiantes del área de la Facultad de Informática, otro más del área de Electrónica y dos estudiantes más de posgrado en física. Se sumarán al menos 10 estudiantes de la UAS.
En el trabajo de recreación de los primeros instantes del Big Bang y en la búsqueda de responder a la incógnita del tiempo de formación de la materia, principalmente sus características, el equipo integrado por León Monzón sorprendió con el descubrimiento del universo líquido.
“Hasta hace unos años se pensaba que el universo temprano tenía una propiedad como de estado gaseoso, y el experimento ALICE arrojó que no es gas, es líquido; es un universo líquido, pero además extraño, es perfecto, fluye sin barreras”.
“Es decir, es un estado de la materia muy especial, no lo puedes contener. Desborda las fronteras. No se trata de un estado nuevo en la física, pero no se había caracterizado este estado de la materia en esos instantes. Fue una sorpresa que fuera líquido”, dijo respecto a la hazaña del equipo sinaloense.
Otra contribución, explicó, es la responsabilidad del diseño, construcción y operación de un nuevo instrumento para estudios de física.
“Esto no es algo que exista como programa en el experimento; sin embargo, forma parte de las responsabilidades de la UAS, en coordinación con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el CERN.
El equipo diseñó y construyó un detector denominado AD (Alice Difractive), que amplía la eficiencia del detector ALICE para un tipo de física al que se llama física difractiva.
Fue validado en 2012 como sistema de diagnóstico, y en 2015 funcionó como detector de lectura para mejorar la capacidad del experimento para la física difractiva. Esta consiste en la investigación de la colisión de protones contra protones.
“Casi 30 por ciento de las ocasiones en que un protón se cruza con otro ocurren procesos ‘difractivos’, donde, después de la interacción, los protones siguen siendo protones”.
El detector AD se ubica en dos puntos lejanos, explicó León Monzón, es donde se realiza la colisión de partículas. “Es en esos puntos donde se produce el fenómeno de la física difractiva”.
De la UAS, el mayor recurso humano
La UAS es la institución que aporta la mayor cantidad de recursos humanos y de diseño para los detectores actualmente, destacó León Monzón. Las responsabilidades de los estudiantes, añadió, son muy puntuales. El equipo de investigación tiene como sede la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas, ubicada en Ciudad Universitaria. El grupo es denominado Altas energías.
“Represento el grupo mexicano por la universidad, y hay otro colega del área de la electrónica que está vinculándose también, entonces la UAS está colocando científicos del área de la Física y de la Electrónica para el desarrollo de los dispositivos y tecnología que se utilizará en los nuevos instrumentos que serán instalados en el CERN, en ALICE”, señaló.