¿Alguna vez pensaste que podrías comer un corte de carne sin lastimar a algún animal ni dañar el medio ambiente? El día de hoy te mostraremos una alternativa que se está cocinando: la carne de laboratorio. Con ésta se busca revolucionar la industria alimentaria, además de inclinarse hacia el cuidado de nuestro planeta.
Los primeros experimentos de esta investigación fueron realizados por la NASA en la década de los 90´s con el firme objetivo de descubrir una fórmula que alimentara a astronautas en misiones de larga duración. Sin embargo, luego de varios años de pruebas, fue hasta 2013 cuando se presentó por primera vez una hamburguesa fabricada con carne sintética desarrollada nada menos que por la Universidad de Maastricht, en Holanda.
Han pasado seis años de esa primera prueba y todavía falta mucho camino por recorrer, debido a que es un proceso de producción complejo. No obstante, hasta el momento, algunos países como Estados Unidos, Japón, Holanda, Israel y España están realizando investigaciones para desarrollarlo a pesar de estar alejada su comercialización.
Este tipo de alimento es creado en el laboratorio a partir de células madres extraídas del músculo y otros elementos de los animales vivos. Las células son recaudadas a través de una biopsia, que genera un daño mínimo al ser vivo; así cada una de estas células se va reproduciendo de manera controlada para crecer y formar un tejido muscular nuevo. La carne de laboratorio es nutrida con azúcares, ácidos grasos y proteínas extraídas de cultivos de algas.
La inversión en esta tecnología ha sido influida por diferentes factores: principalmente por el incremento que ha tenido el consumo de proteína animal, que asciende hasta 60,000 millones de animales al año, y según la Organización Mundial de la Salud se espera que para el año 2050 se duplique esta cifra. Otro factor importante es el impacto ambiental en cuanto a emisiones de efecto invernadero que provoca la ganadería, actividad que genera un aproximado de 7.1 gigatoneladas de dióxido de carbono al año a nivel mundial.
Comenzar a “cultivar” carne podría generar los siguientes beneficios:
- Satisfacer la demanda de alimentos, debido a que, según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud, los sistemas actuales de producción serían insuficientes.
- Contribuiría a reducir el cambio climático, debido a que la cría intensiva de ganado es una de las principales causas de las emisiones de Dióxido de carbono.
- Reducirían grandes problemas como sufrimiento animal, emisiones de metano, deforestación, pesticidas, fertilizantes, combustibles fósiles y la sobreexplotación de tierra y agua.
En este sentido y con la intención de evitar la explotación animal, algunas empresas han apoyado esa filosofía. Un claro ejemplo es Perfect Day Food que se ha enfocado en desarrollar leche sintética sin vacas, Clara Foods en crear huevos sin gallinas y Modern Meadow ha desarrollado piel para la industria textil a partir de cultivos de colágeno en el laboratorio. Estos son los primeros pasos que están dando las empresas que concuerdan con esta ideología y con el paso del tiempo esperemos que se puedan incorporar más empresas.
En contraste con lo anterior, la carne de laboratorio también puede tener algunos inconvenientes, uno de sus principales problemas es la falta de sabor y de textura, para lo cual los científicos están experimentando con la mezcla de otros ingredientes; en un rubro similar se encuentra la falta de nutrientes como vitaminas y minerales, por lo que están investigando para que tengan las mismas propiedades nutricionales que la natural.
El elevado costo del producto es otro de los factores que ha vuelto más lenta su llegada al mercado, sin embargo, se espera que, de aprobarse y generalizarse su consumo, el precio de la carne artificial pueda estar en un precio accesible ya que el costo de desarrollo de la hamburguesa de 2013 fue de 250,000 euros. Otro desafío importante para la carne sintética es la producción en gran escala, por lo que es de vital importancia la disponibilidad de grandes cantidades de todos los componentes necesarios para su producción.
Según los científicos se espera que para el próximo 2020, esté lista para que se comercialice, a pesar de que algunos se sienten optimistas que en este mismo año. ¿Se imagina usted en un futuro cercano estar consumiendo estos productos en Sinaloa?
José Alfredo Careaga Ochoa (Comunicación y difusión PIT-UAS)